martes, 15 de noviembre de 2011

Tolkien y la tragedia griega: Los Hijos de Húrin

En este texto se intentará exponer las similitudes que comparte con las tragedias griegas la obra "Los Hijos de Húrin", de J.R.R. Tolkien. La intención es lograr la enumeración de una cierta cantidad de características comunes entre "Los hijos de Húrin" y específicamente la tragedia "Edipo Rey", de Sófocles. Luego se disertará sobre las posiciones que ocupa Tolkien como autor en función del objetivo de su obra y del momento histórico en el que fue producida.
Como punto inicial, es necesario reconocer la concepción clásica de que el mito antecede a la tragedia, y pese a que ésta posea un autor determinado (Sófocles en el caso de "Edipo Rey"), el componente mítico excede al autor, que solo se ocupa de expresar lo que ya se muestra en el mito. En el caso de Tolkien sucede lo mismo, ya que se supone que su obra se encuentra basada en una balada cantada por los elfos y hombres de antaño: Narn i chin Húrin.
En segundo lugar, tanto en "Edipo Rey" como en "Los Hijos de Húrin" los seres humanos interactúan con los dioses, dándose la coincidencia de que en ambos casos los protagonistas aspiren a contradecir o imponer su voluntad por sobre la de los dioses. Sin embargo, en ninguno de los dos casos logran los personajes escapar de los designios divinos. Edipo, pese a contradecir a Tiresias, finalmente es el culpable de la mala situación de Tebas y lo que el dios Apolo había predicho, se cumple sellando su destino. Por otra parte, Túrin trata de escapar de la maldición que pesa sobre él debido a que su padre Húrin fue maldecido por el vala Morgoth. Pese a renegar de su destino, el protagonista termina sucumbiendo bajo la maldición que pesa sobre él y aceptando que el poder de los dioses se sobrepuso a su voluntad. Por lo tanto, ambas tramas son gobernadas por los dioses, que son los que guían el destino de los protagonistas.
En la obra de Tolkien se repite también otro punto común a todas las tragedias griegas, que es el hecho de que los personajes principales pertenezcan a la nobleza. Así como Edipo era hijo del rey de Tebas, Túrin era hijo de Húrin, señor de un feudo llamado Dor-Lómin y reconocido capitán entre los hombres.
Por otra parte, se puede observar también que los dos relatos están protagonizados por personajes coléricos, que en todo momento se encuentran al borde de la violencia ante cualquier problema que se presente. Aquí es posible ver una de las ideas planteadas por Aristóteles en su poética, ya que los personajes debido a su naturaleza desafiante y violenta se encuentran en posición de lo que era considerado como Hybris, que es la pérdida de la racionalidad, dándose en estos casos porque un portal trata de ejecutar acciones reservadas solo a los dioses o intenta cuestionar alguno de sus designios. En Edipo este estado se observa en las confrontaciones con el adivino Tiresias, portavoz del dios Apolo, y en los constantes accesos de cólera que el protagonista sufre durante la trama. En cambio, en la obra de Tolkien se puede observar como la Hybris se hace presente cuando Húrin desafía a Morgoth pese a ser éste parte del panteón de dioses de la Tierra Media. Túrin también incurre en Hybris cuando se adjudica el seudónimo de "Túrambar", que significa "amo del destino" y desafía el hado que los dioses ya habían tejido para él.
No obstante, se puede observar como en ambas obras se intenta conseguir una "imparcialidad trágica", ya que en contraposición a la Hybris se observan momentos de Sofrosine, es decir, de serenidad, que busca aligerar las pasiones para intentar llegar a un punto en el que se cumpla un ideal aristotélico en el que predomine lo racional.
Otro concepto que se hace presente es el de Katharsis, es decir, el purgamiento o purificación de las pasiones, que se da cuando se produce un cambio en los acontecimientos que desemboca en la caída del héroe y lleva a la resolución del conflicto trágico. En el caso de "Los Hijos de Húrin", la solución que encuentra Túrin al conflicto final es el suicidio, como única amanera de escapar a su tormento, que con sus propias palabras denomina como "estar asido en la oscura niebla de Morgoth".
De la misma manera en que Girard observa en "Edipo Rey" un espiral de violencia que acompaña a la obra en su totalidad, en "Los Hijos de Húrin" es posible ver como la cólera del protagonista se ve acompañada por la violencia de la mayoría de los personajes que lo rodean. Sin embargo, la máxima representación de la violencia se hace presente en la espada negra que Túrin toma de su amigo Beleg luego de asesinarlo sin intención. La historia de ese objeto esta cargada de violencia y maldad desde su creación, y como bien remarca Melian a la hora de entregarla a Beleg: "_ Hay maldad en esta espada.(...) No amará a la mano a la que sirva, y tampoco estará contigo por mucho tiempo." Esta espada se ve envuelta en todos los hechos que ocurren luego en la historia, llegando incluso a tomar vida en el final de la historia para aceptar la vida de Túrin como sacrificio. Se puede ver por lo tanto que es la espada el objeto que encierra a la Hybris en su estado mas puro, protagonizando hechos de cólera, violencia y perdida de la racionalidad, actuando incluso por sobre la voluntad de la mano que la esgrime.
Por ultimo, el componente que también comparte con "Edipo rey" la obra de Tolkien, es el hecho de que uno como lector ya es consciente de que la historia tendrá un final trágico, porque los hombres no son capaces de escapar a los designios de los dioses, y así como Edipo cumple la profecía del dios Apolo, Túrin sucumbe ante la maldición del vala Morgoth.

Siguiendo con la linea propuesta en la primera parte de este texto, considero necesario realizar una exposición sobre la manera en la que Tolkien genero una obra inserta dentro de los limites de su cosmogonía pero rescatando una estructura temática típica de las tragedias griegas.
De esta manera, considero que el autor británico tomó puntos desde la trama de una tragedia griega (Edipo Rey) y los resignifica dando lugar a una nueva producción literaria que logra encajar dentro de la construcción de la mitología del mundo fantástico conocido como "Tierra Media".
Si bien Tolkien escribió su obra en un momento histórico donde se estaba perdiendo la centralidad del autor como punto esencial de la producción de obras literarias, la posición que tomó el creador de la Tierra Media se acercaba mas a la concepción sobre la función del autor que existente en la antigua Grecia y en el momento de la escritura de la biblia.
Sostengo estas ideas porque Tolkien se propone como un mediador entre el contenido mítico preexistente (los cantos de los hombres y los elfos) y la población, a la manera de los antiguos poetas griegos. La segunda afirmación (que sostiene que Tolkien demuestra la función que ostentaba el autor en el antiguo y nuevo testamento de la biblia) se puede observar porque en todas sus obras se plantea que ya existe un creador del mundo, llamado Eru Illúvatar. Pese a que la obra de Tolkien este firmada por él, su verdadero objetivo era el de crear una mitología que pueda pertenecer al pueblo anglosajón, aspirando a que su obra se alce por encima de su nombre, de la misma manera que la biblia siempre fue privilegiada por su contenido y no por su autor (que de hecho, no se conoce).